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Entrevista a María Diez-Garrido

Foto del escritor: JóvenesInvestigadoresJóvenesInvestigadores

María Díez-Garrido es investigadora predoctoral en Comunicación en la Universidad de Valladolid y estudió el máster en Investigación de la Comunicación como Agente Histórico-Social. En los últimos tres años ha participado en varios proyectos de investigación financiados por instituciones nacionales en la Universidad Ramón Llul, la Universidad de Valencia y la Universidad Complutense de Madrid y forma parte del Grupo de Reflexión y Estudio de Comunicación Online (GRECO) de la Universidad de Valladolid. También ha trabajado como periodista durante dos años en El Mundo-El Diario de Castilla y León. La tesis que está realizando aborda la transparencia informativa de los partidos políticos y sus trabajos se han centrado en la comunicación digital, la transparencia y el gobierno abierto. Actualmente, además de avanzar en su tesis, es en el grado de Periodismo de la Universidad de Valladolid.



 María, tú fuiste contratada por la Universidad de Valladolid como investigadora predoctoral, ¿Nos puedes contar cómo llegaste a ser docente?

En la universidad hay varias vías para ser profesor, una es por la vía de investigación y otra es por la vía de solo docencia mientras tienes otra actividad profesional que es la utilizan los asociados. Ellos tienen una actividad profesional y a la vez dan horas de clase y por eso sus sueldos son más bajos. El problema es que existen pocos puestos de investigador y hay muchos investigadores que están cogiendo plazas de asociados, pero en realidad no tienen otra actividad profesional. Está un poco denostada esa posición.

Por otra parte, en la investigación, se empieza haciendo una tesis que es lo que hay que hacer para ser doctor. Yo estoy en esta fase; haciendo la tesis y dando clase. La universidad lo que hace es ofrecer una serie de contratos que se eligen por puntos, por expediente, por tu proyecto etc. El contrato que yo tengo es de cuatro años. Ese contrato es para hacer la tesis y para dar clase. Tenemos un máximo de 60 horas por curso académico.

¿Los profesores predoctorales elegís las asignaturas que estáis capacitados para impartir? 

Lo ideal sería que los investigadores jóvenes que estamos haciendo la tesis diéramos clase de aquellas asignaturas en las que estamos especializados. Por ejemplo, si yo estoy haciendo una tesis de comunicación política, lo normal sería que me diesen “hueco” en esa asignatura. Salvo en algunos departamentos en los que se intenta hacer eso para que la docencia sea mejor, la realidad es muy diferente. Los investigadores somos “los últimos” en elegir asignatura (risas). Esto es así, el POD, que es el programa de ordenación docente es como una “gran subasta” de asignaturas y nosotros concretamente somos los últimos en elegir, justo después de los asociados. 

¿Qué opinas de los profesores asociados? ¿Viven una situación parecida a la vuestra?

Los asociados están contratados para que den asignaturas en las que son especialistas y efectivamente les pasa lo mismo que a nosotros, al final no sucede. De las asignaturas que pueden dar, eligen más o menos las que se vean mas capacitados. Insisto en que depende de cada departamento y de la carrera.

Por tanto, ¿El sistema no está organizado para que tú elijas la asignatura que puedes dar por tu experiencia? ¿Puedes acabar dando una asignatura que no estás capacitada para impartir?

Perfectamente. Como he dicho, depende por supuesto de cada departamento. En el nuestro se cuida bastante que no se acabe dando una asignatura de la que no tenemos ni idea. No tenemos ninguna garantía legal para que la asignatura que demos sea en la que estamos especializados. Por ejemplo, a mí me podría tocar dar tele (risas) que nunca he hecho televisión. Es un ejemplo, claramente no es el caso. Televisión en la Universidad de Valladolid es una asignatura en la que sí que hay gente. Pero bueno, si efectivamente somos los últimos en elegir, eso dificulta mucho las cosas.

¿El sistema universitario en general está bien planteado?

No se hace bien, yo creo que necesitan muchas mejores, hay cosas que se hacen muy bien pero el problema principal es que hay una falta de inversión brutal y esto genera que haya poca gente para mucho trabajo. Lo que no es normal es que el 50% de los profesores de una carrera sean asociados, eso no es normal, creo yo. Tiene que ser gente que tenga muchas ganas de enseñar a los alumnos que es lo importante, que no digo que los asociados no tengan esas ganas, pero como tienen otro trabajo pues tienen menos tiempo y demuestra que las carreras no están consolidadas porque no tienen suficientes puestos que sean para siempre, son puestos muy volátiles.

¿El sistema de las universidades priorizan la formación del alumno frente a otros intereses?

Yo creo que sí o por lo menos lo intentan. Pienso que como no se conocen realmente cuales son los intereses de los alumnos y cuáles son sus verdaderas necesidades, se puede no hacer. Al final hay tantas cosas que hacer en tan poco tiempo… vivimos en un mundo que va muy rápido y esto se refleja también dentro de la universidad. En esta institución, la burocracia es abrumadora y prácticamente se pierde de vista el propio objetivo de ésta; formar a la gente para que sean grandes profesionales. Simplemente es eso, no creo que no se quiera, creo que se pierde el punto de vista entre muchas cosas que hay que hacer.

Por ejemplo, ahora mismo con la crisis del coronavirus y la docencia online, yo estoy perdiendo el doble de tiempo, tengo que adaptar mis clases, las tengo que grabar, estar en el chat de dudas… y encima voy a tener que redactar un informe para justificar lo que estoy haciendo. “¿Qué es lo más importante de todo eso?” Yo creo que los alumnos entiendan y comprendan la materia. 

Por tanto, ¿El sistema no está organizado para una mejor enseñanza del alumno?

Eso es una conclusión muy fuerte. Lo que sí está claro es que al final como el profesor tiene elegir entre un bien general o su bien, las consecuencias se las lleva la docencia. Toca prepararse asignaturas de cero, asignaturas que igual nunca has impartido. De todas formas, los departamentos cuidan que el profesor no de algo de lo que absolutamente no sabe nada. 

¿Qué opinas de la creación de un Ministerio dirigido a las universidades que no cuenta con apenas competencias? ¿Crees que va a producir algún avance significativo en cuanto a la precariedad del profesorado?

La primera medida ha sido crear un órgano de comunicación entre el ministerio de universidades y ciencia y para mí ya es un ejemplo de que es un error, porque se podía haber creado un solo ministerio y de éste una secretaría de universidad y una secretaría de ciencia. Yo creo que esa era la solución que suponía menos problemas y menos gastos, una estructura más “triangular”. Pero bueno, confío en que Manuel Castells intente mejorar la situación, él conoce universidades que son muy buenas y podrá aportar su conocimiento. Lo que pasa que si ya la estructura está dificultando la actividad…  pues “apaga y vámonos”.

¿Crees que existe enchufismo?

Nunca he sido una enchufada (risas). Pero claro, supongo que hay carreras en las que existe un enchufismo. Yo personalmente no lo conozco, pero seguro que lo hay.

Hay profesores sin experiencia profesional en medios de comunicación que imparten asignaturas ¿Qué opinas sobre esto? 

Depende un poco de la asignatura. Hay asignaturas que requieren que el docente haya estado presente en un medio de comunicación y en otras que no. Pero de todas formas es algo que no se puede exigir. Hay gente que termina la carrera de Periodismo y como yo, va a un medio de comunicación, y otras personas que terminan la carrera y tienen claro que quieren dedicarse a la investigación. Estas últimas tienen el mismo contrato que tengo yo y les puede tocar asignaturas en las que quizás si es positivo una presencia previa en un medio. 

Como depende un poco de la asignatura no es un requisito obligatorio, pero creo que la experiencia es algo positivo, como cualquier cosa en la vida. Cuando conoces algo desde dentro sabes de lo que hablas y puedes hacer recomendaciones buenas a tus alumnos, es algo que al final se nota. Como en todo, la experiencia mejora cualquier actividad. 

Hemos realizado encuestas a alumnos: 46,5 % cree que el profesorado no es de calidad, y el 50% relaciona la baja calidad del grado con la poca profesionalidad de los profesores. ¿Tú que piensas?

Creo que el alumnado no conoce la situación del profesorado y eso es un problema muy grande. Si los alumnos supieran por las que pasan los profesores alucinarían con que puedan si quiera ir a clase (risas) pero eso no justifica nada, por supuesto. Lo que demuestran esos datos es que hace falta inversión para que los profesores tengan tiempo de prepararse las asignaturas con toda la profundidad que puedan; preparar actividades que sean buenas, corregir bien las prácticas… sin que a la vez tengan que estar trasnochando para entregar sus artículos o para investigar, que eso al final es lo que nos acredita de cara al gobierno. No nos acredita dar bien una asignatura, lo que cuenta más es lo que hayas investigado. 

¿Crees que sería necesario una figura que controle cómo cada profesor imparte su materia? 

No necesariamente una figura, pero creo que sería bueno tener más en cuenta las encuestas docentes. La Universidad debe valorar más a los profesores que están mejor calificados en las encuestas docentes y llamar la atención a aquellos profesores que claramente dan mal su asignatura desde el punto de vista del alumnado. Además, hay muchos profesores que están ahí “de por vida” porque ya son funcionarios y eso puede llegar a ser un problema. 

Un 33% de los encuestados cree que hay una ideología común entre el profesorado, y un 45% admite haber sentido cierta imposición ideológica en el aula en alguna ocasión. ¿Qué piensas sobre esto? ¿Qué se puede hacer contra esto?

Me resulta curioso porque en mi época había un poco de todo. Yo por ejemplo tuve profesores que realmente me impusieron ideológicamente algunos contenidos y sentía cual era su tendencia política, sin que eso sea algo negativo ya que saber la tendencia no tiene por qué ser algo negativo siempre y cuando no te lo impongan luego en el contenido, pero luego había gente/profesores del otro lado totalmente. No quiero dar nombres, pero yo tengo gente que me ha puesto documentales franquistas y luego he tenido gente opuesta totalmente y que tenía un discurso muy ideológico en el sentido del género, por ejemplo. Yo eso lo percibía como estudiante. Siempre y cuando no se imponga en el contenido, no tiene porque ser malo que haya una tendencia porque la educación tiene mucho de política y sobre todo en periodismo. Pero lo que digo, que eso no se note en los contenidos ni en la forma de evaluar ya que el profesor al final es el que pone los contenidos y el que evalúa a los alumnos sobre esos contenidos. 

¿Crees que debería de haber un control en este sentido? 

No, yo no lo creo. Creo que lo que tiene que haber es una educación además de una voluntad por parte de la universidad de insistir en revisar los contenidos y tener en cuenta lo que piensan los estudiantes para qué si alguien está teniendo unas tendencias que están siendo negativas para el alumnado, se le llame la atención. 

Tú que has visto de cerca al alumnado del grado de periodismo en la Universidad de Valladolid, ¿Crees que hay una ideología común?

En algunas clases sí y en otras no. Depende mucho. Por ejemplo, vuestra clase (4ºB) es súper heterogénea. Hay gente muy de izquierdas (risas). Hay un grupo de alumnos que yo les noto con unas tendencias bastante fuertes e incluso bastante activistas. Luego hay otro grupo que yo creo que pasa un poco y luego otro que para nada es como el primero que os he dicho.

He tenido otra clase en la que yo notaba que todos eran más de izquierdas. En general en la facultad de Filosofía y Letras es lo que pasa, pero bueno, luego siempre hay gente que no entra en ese grupo. Lo que sí que pienso es que hay una tendencia más bien progresista.

Entonces, ¿Periodismo es una carrera progresista?

Sí, yo creo que sí. Progresista, más de izquierdas (risas). La gente intenta cambiar el mundo y la mayor parte de esa forma.

¿Cómo valoras el grado de periodismo en este momento? ¿Qué nota pondrías al grado del 1 al 10?

Pues no lo sé (risas) la verdad es que yo salí de la carrera hace tiempo y era una situación muy diferente, yo fui de la primera hornada de grado, empecé en 2010 y fue cuando se implantó Bolonia. Lo que viví fue totalmente distinto a lo que estáis viviendo vosotros, yo creo que ahora se ha avanzado un montón. Para empezar el tema de la radio está mucho mejor, la asignatura de televisión no sé porque no la conozco de cerca pero sí puedo decir que la gente se esfuerza mucho, sobre todo los profesores contra todas las adversidades que tienen. De nota me gustaría decir que un notable (risas)




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